Ir al contenido principal

La Boda...

La boda de la Ana Paula y el Padilla fue más o menos como la de American Pie combinada con Wedding Crashers, desde la misa no nos paró el hocico, hasta la fiesta ya en la Hacienda de Pavlo.
Tres cosas sobresalieron ante todo:
1.- El pelo del sexy, blanco como abuelito... y yo que me tuve que cortar el pelo por traerlo poco decente.
2.- El ramo que quedó en el techo de la Hacienda, fuentes fidedignas afirman que ahí sigue
3.- La fotógrafa: todos estuvimos de acuerdo que fue la mas guapa de la fiesta (claro después de la novia), mi compa el Bebo (el Guicho como vemos se negó a colaborar) nos puede dar una mejor opinión al respecto (click para ampliar).




... estas seguro mejor vela bien

Free Image Hosting at www.ImageShack.us

Dato adicional: Por vez primera el Mota se sintió joven entre nosotros... siempre y cuando estuviera a un lado del Sexy.

Comentarios

Anónimo dijo…
Buenisimo tu blog jajaja, solo que te falto un detalle importante... a mi punto de vista, se te olvido mencionar que bombi fue contratado por Televisa, para los sorteos telefonicos... llame yaaa! y hay muchas fotos de las cuales podriamos ahondar mas en el tema de LA BODA jajajaja....
Anónimo dijo…
Pues luego luego esas fotos de LA BODA las estamos esperando desde hace un buen... agrege un comentario en la "pagina de todos" del yahoo pero naaaaaaaaa...
Anónimo dijo…
la fotografa estaba buenisima tenia bueno tiene unas nalgas d poca madre si no preguntenle ala guicha

Entradas más populares de este blog

en remolinos...

-pensamientos vagamente introspectivos de una noche de invierno, solo en casa- Cuando salí de la universidad me di cuenta que del todo la vida no es fácil para un graduado, es difícil cumplir con las expectativas que el mundo se formó de tí, y lo es aún más díficil si siempre fuiste el estudiante ideal, el hijo ideal, el amigo ideal (bueno hay algo en lo que hasta la fecha no soy ideal y eso es el papel del novio ideal, claro que los intentos ahi son mas bien pocos). Digo que no es fácil porque desde ese momento a la fecha mi vida es un tanto confusa, sin un rumbo fijo, de choques y caídas. Siempre se dijo de mi que era más maduro para mi edad, pero derrepente las cosas se voltearon y durante este tiempo he sido mucho más inmaduro que lo que mi edad sugiere (a veces bromeo, cuando me dicen que parezco que tengo 21 años fisicamente, les digo que me comporto como si tuviera 17). Han sido 4 años sin una meta fija, con un desequilibrio constante tanto profesional como sentimenta...

Complicándome...

A veces nos complicamos tanto que no sabemos donde estamos o hacia donde vamos… Buscamos respuestas para lo que no hay preguntas… Nos fabricamos ideas para explicar lo inexplicable… Vivimos de la complicación… Muchas veces tratamos de llevar nuestras vidas hacia la eternidad… Mientras lo inmediato se muere ante nuestros ojos. Hace poco un amigo me decía que siempre valdrá la pena morir por un ideal, no hace mucho pensé igual, sin embargo hoy es diferente. Un ideal no vale una vida, aunque hay quien piense que vale millones, ¿porqué complicar nuestra existencia por imponer los pensamientos e ideas con las que nos explicamos la vida cotidiana cuando el único hecho constante en el que el ser humano participa es la vida misma? Paradigmas van y vienen, sin embargo los niños siguen naciendo, los niños siguen corriendo, es la vida lo único que tiene sentido. Muchas veces me he preguntado que tan evolucionado será el hombre que entre mas crece es mas difícil ser feliz. Comparando un humano re...

Hasta la media noche

En casa de mi abuela siempre hemos pasado la Noche Buena. Ella siempre ha sido religiosa, por lo que había tradiciones que más bien eran reglas, una de ellas era   Nadie abre los regalos hasta la media noche, y sólo después de poner al niño Jesús en el nacimiento. Para unos niños inquietos y desesperados por tener regalos, lo anterior era muy difícil de sobrellevar y, por supuesto, no lo hacíamos. La curiosidad siempre se imponía. Aprovechando cualquier oportunidad nos escabullíamos para tomar un regalo y medio abrirlo. Tal vez no podríamos jugar con él, pero al menos ya teníamos una idea de lo que venía. Al llegar las doce yo ya sabía cuáles eran mis regalos, a excepción de uno, el que me daba mi padre. Ese siempre estaba escondido en algún lugar, nunca a la vista, sin oportunidad de abrirlo a deshoras. Gracias a esto, siempre había una sorpresa presente. Mi padre nunca me preguntaba qué era lo que yo quería, él trataba de escuchar mis pláticas y sacar conclusiones. ...