algunas letras caninas

Un día de octubre de 2017, 2 de la tarde. Él ronda los 35 años, se encuentra en su oficina, amplia y lujosa, todos los gadgets posibles, va a acorde con su salario, sin embargo su trabajo no le agrada, despues de todo tiene que ponerse zapato y traje todos los días, su motivación debe encontrarse más allá del ingreso. Ringuea el móvil, ve el identificador y sin pensar contesta... es Ella . - Alo? - Hola, como estas?, andas muy ocupado? - Estoy en el trabajo, cuando he estado ocupado aqui? - responde con desgano. - Puedes pasar por el Niño, tengo un compromiso en la tarde. - Por supuesto, anda todo bien alla? - Sí no te preocupes, y gracias... a la dos y media que no se te olvide. - No hay nada que agradecer, es un placer. Clic, cuelga el móvil. Toma el teléfono y le dice a su secretaria, la Srita Rocío (señorita es un decir para una mujer de 55 años, buenísima como Maribel Guardia a esa edad), que se tomará la tarde libre y que reserve 2 boletos para el juego de esta tarde, los Or

Se que he tenido abandonado esta cosa, y no tengo perdón por ello, han pasado bastantes cosas... Italia y Francia juegan la final mañana (Zidane es jefe y espero que se retire siendo campeón del mundo), ya pasó el 2 de julio y es en ese evento en donde me detendré, después pondré alguna opinión al respecto, hoy pondré una especie de crónica de lo que pasó ese día (es un fragmento del mail que le envié a Paola en la madrugada de ese día, cuando me refiero a la 1er persona del plural es el Mungs y yo). Todo comenzó un día antes, chateando con una amiga que me dijo que era una babosada ir a votar a las 12 (como lo planeamos el camarada Mungs y yo) porque las casillas especiales se acaban las boletas muy temprano, entonces modifiqué el plan para levantarme a las 9 e ir a votar a las 10, despertador y toda la cosa, pero no conté con un pequeño detalle, los domingos (después descubriría que los sábados también) jamás, jamás le hago caso al despertador, simplemente es imposible, no lo es