-pensamientos vagamente introspectivos de una noche de invierno, solo en casa- Cuando salí de la universidad me di cuenta que del todo la vida no es fácil para un graduado, es difícil cumplir con las expectativas que el mundo se formó de tí, y lo es aún más díficil si siempre fuiste el estudiante ideal, el hijo ideal, el amigo ideal (bueno hay algo en lo que hasta la fecha no soy ideal y eso es el papel del novio ideal, claro que los intentos ahi son mas bien pocos). Digo que no es fácil porque desde ese momento a la fecha mi vida es un tanto confusa, sin un rumbo fijo, de choques y caídas. Siempre se dijo de mi que era más maduro para mi edad, pero derrepente las cosas se voltearon y durante este tiempo he sido mucho más inmaduro que lo que mi edad sugiere (a veces bromeo, cuando me dicen que parezco que tengo 21 años fisicamente, les digo que me comporto como si tuviera 17). Han sido 4 años sin una meta fija, con un desequilibrio constante tanto profesional como sentimenta...
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eso es muy bajo