El siguiente documento fue un discurso presentado en septiembre de 1997, cuya versión original es de marzo de 1996 en el Colegio Muñoz, en aquel entonces tenía 15 años.
México es un país grande, tal vez posee lo que ningún otro, tiene extensos litorales, grandes bosques, frondosas selvas, toda variedad de climas, largas cordilleras, ricas minas, grandes yacimientos de petróleo, pero a nosotros, su gente, sólo nos tocan migajas de esta riqueza.
Nosotros hemos luchado a lo largo de nuestra historia en contra de la opresión extranjera, España, Estados Unidos, Francia, sólo por citar algunos ejemplos, pero hemos salido adelante por el amor a la patria que tiene el pueblo de México. Ahora vemos con tristeza que no somos conquistados por las armas, sino por el poderío económico, cada vez somos más dependientes de la economía extranjera, durante los últimos 25 años se han solicitado préstamos a las grandes potencias, ahora la deuda asciende a cantidades que nos endeudarían por generaciones; las consecuencias de ello es el sacrificio de las clases trabajadoras, mientras las clases altas y la jerarquía política ni se inmuta, o cómo explicar que un diputado gane 32,600 pesos mientras el sueldo de un trabajador promedio no le alcanza para comer; esta falta de solidaridad es la que nos tiene así.
Ahora estamos siendo oprimidos por nosotros mismos, y no digo que esto no haya pasado antes, pero ahora se hace más latente, estamos viendo cada vez más gente en pobreza extrema, la brecha entre ricos y pobres es más grande, y esto se debe a la desunión que impera entre todos los mexicanos.
La gente de México es trabajadora, aunque algunas veces mal encausada, es gente unida que sabe ser compañera, pero todo este sentido de unión y compañerismo se pierde cuando algunos se enriquecen, al adquirir más dinero sólo buscan la manera de ganar más aún a costa de los demás. Cuando el tener dinero no debe ser sinónimo de avaricia sino de generosidad. El dinero nos da la oportunidad de ayudar, de ayudar a quien más lo necesita, de ayudar a la gente pobre y así ayudar a México.
Este problema se hace presente sobre todo con los servidores públicos, porque gente sin verdadera vocación, llega a estos puestos sólo para velar por los propios intereses y no los de la comunidad, lo que trae como resultado más carencias en el grueso de la población Estas personas en lugar de velas por el bien común, están viendo la manera de amasar fortunas y adquirir un mayor poder, en la mayoría de los casos ilícitamente, esto trae consigo la corrupción del gobierno, esa corrupción de la que todos hablan pero que nadie hace algo, esa corrupción de la que todos y cada uno de nosotros somos partícipes, con el simple hecho de darle su mordida al policía de tránsito, estamos contribuyendo a que México tenga unos de los niveles más altos de corrupción en el mundo. La corrupción genera pobreza, y la pobreza delincuencia, la inseguridad por la cual nuestras vidas penden de un hilo, esa inseguridad que hace que cada día sea una guerra, cada noche una pesadilla y cada amanecer un renacer, dado que no sabemos si estaremos vivos al día siguiente.
Por eso el pueblo de México esta cansado de tanta irresponsabilidad por parte de nuestros gobernantes, esta cansado de tanta deshonestidad, está cansado de que el interés del gobierno se centre en los inversionistas extranjeros, cuando hay niños que mueren de hambre en cada esquina. El pueblo demanda y lucha porque su voz sea escuchada, así poco a poco se han producido cambios, la jornada electoral del pasado 6 de julio (1997) fue muy significativa, ese día se dio un gran paso hacia una democracia plena, una de las grandes demandas de la población. Por vez primera tendremos una Cámara de Diputados capaz de analizar y en su caso rechazar las iniciativas del Ejecutivo, por vez primera podremos observar el equilibrio entre los poderes. Aunque muchos lo ven como la gran derrota del PRI, la verdad es que es la gran victoria de los mexicanos; sólo falta ver que no se produzcan protagonismos encaminados a ganar votos para las siguientes elecciones, sino una democracia real donde las decisiones sean toadas pensando en los intereses de todos.
Este es un gran paso, sin duda, hacia la solución de las demandas del pueblo, pero éstas sólo podrán ser resueltas con la unión de todos, sin importar estrato social, ideología, religión, raza o sexo. Los problemas se van a resolver cuando todos veamos por el bien común y no por el de unos cuantos, el progreso se puede lograr pero todos debemos poner nuestro granito de arena, ya hemos visto que no podemos dejar toda la carga a las instituciones gubernamentales. Señores nosotros somos la vida activa de México y nuestra unión puede lograr el crecimiento económico del que todos los mexicanos, y no unos cuantos, disfrutemos.
Por todo esto, propongo que nos unamos como compatriotas, para vivir en el país que todos queremos, para vivir en un México fuerte, democrático, progresista y respetuoso de su gente. Sólo así nos quitaremos la etiqueta de que México es un país rico, lleno de pobres.
México es un país grande, tal vez posee lo que ningún otro, tiene extensos litorales, grandes bosques, frondosas selvas, toda variedad de climas, largas cordilleras, ricas minas, grandes yacimientos de petróleo, pero a nosotros, su gente, sólo nos tocan migajas de esta riqueza.
Nosotros hemos luchado a lo largo de nuestra historia en contra de la opresión extranjera, España, Estados Unidos, Francia, sólo por citar algunos ejemplos, pero hemos salido adelante por el amor a la patria que tiene el pueblo de México. Ahora vemos con tristeza que no somos conquistados por las armas, sino por el poderío económico, cada vez somos más dependientes de la economía extranjera, durante los últimos 25 años se han solicitado préstamos a las grandes potencias, ahora la deuda asciende a cantidades que nos endeudarían por generaciones; las consecuencias de ello es el sacrificio de las clases trabajadoras, mientras las clases altas y la jerarquía política ni se inmuta, o cómo explicar que un diputado gane 32,600 pesos mientras el sueldo de un trabajador promedio no le alcanza para comer; esta falta de solidaridad es la que nos tiene así.
Ahora estamos siendo oprimidos por nosotros mismos, y no digo que esto no haya pasado antes, pero ahora se hace más latente, estamos viendo cada vez más gente en pobreza extrema, la brecha entre ricos y pobres es más grande, y esto se debe a la desunión que impera entre todos los mexicanos.
La gente de México es trabajadora, aunque algunas veces mal encausada, es gente unida que sabe ser compañera, pero todo este sentido de unión y compañerismo se pierde cuando algunos se enriquecen, al adquirir más dinero sólo buscan la manera de ganar más aún a costa de los demás. Cuando el tener dinero no debe ser sinónimo de avaricia sino de generosidad. El dinero nos da la oportunidad de ayudar, de ayudar a quien más lo necesita, de ayudar a la gente pobre y así ayudar a México.
Este problema se hace presente sobre todo con los servidores públicos, porque gente sin verdadera vocación, llega a estos puestos sólo para velar por los propios intereses y no los de la comunidad, lo que trae como resultado más carencias en el grueso de la población Estas personas en lugar de velas por el bien común, están viendo la manera de amasar fortunas y adquirir un mayor poder, en la mayoría de los casos ilícitamente, esto trae consigo la corrupción del gobierno, esa corrupción de la que todos hablan pero que nadie hace algo, esa corrupción de la que todos y cada uno de nosotros somos partícipes, con el simple hecho de darle su mordida al policía de tránsito, estamos contribuyendo a que México tenga unos de los niveles más altos de corrupción en el mundo. La corrupción genera pobreza, y la pobreza delincuencia, la inseguridad por la cual nuestras vidas penden de un hilo, esa inseguridad que hace que cada día sea una guerra, cada noche una pesadilla y cada amanecer un renacer, dado que no sabemos si estaremos vivos al día siguiente.
Por eso el pueblo de México esta cansado de tanta irresponsabilidad por parte de nuestros gobernantes, esta cansado de tanta deshonestidad, está cansado de que el interés del gobierno se centre en los inversionistas extranjeros, cuando hay niños que mueren de hambre en cada esquina. El pueblo demanda y lucha porque su voz sea escuchada, así poco a poco se han producido cambios, la jornada electoral del pasado 6 de julio (1997) fue muy significativa, ese día se dio un gran paso hacia una democracia plena, una de las grandes demandas de la población. Por vez primera tendremos una Cámara de Diputados capaz de analizar y en su caso rechazar las iniciativas del Ejecutivo, por vez primera podremos observar el equilibrio entre los poderes. Aunque muchos lo ven como la gran derrota del PRI, la verdad es que es la gran victoria de los mexicanos; sólo falta ver que no se produzcan protagonismos encaminados a ganar votos para las siguientes elecciones, sino una democracia real donde las decisiones sean toadas pensando en los intereses de todos.
Este es un gran paso, sin duda, hacia la solución de las demandas del pueblo, pero éstas sólo podrán ser resueltas con la unión de todos, sin importar estrato social, ideología, religión, raza o sexo. Los problemas se van a resolver cuando todos veamos por el bien común y no por el de unos cuantos, el progreso se puede lograr pero todos debemos poner nuestro granito de arena, ya hemos visto que no podemos dejar toda la carga a las instituciones gubernamentales. Señores nosotros somos la vida activa de México y nuestra unión puede lograr el crecimiento económico del que todos los mexicanos, y no unos cuantos, disfrutemos.
Por todo esto, propongo que nos unamos como compatriotas, para vivir en el país que todos queremos, para vivir en un México fuerte, democrático, progresista y respetuoso de su gente. Sólo así nos quitaremos la etiqueta de que México es un país rico, lleno de pobres.
Luis Armando Moreno Preciado
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