Sólo hay una época del año más molesta que pasar el verano en Hermosillo y esta es el final del verano y el principio del otoño. Cuenta la historia que teniendo yo unos 2 años visitaba el hospital con regularidad porque tenía asma, sin embargo la enfermedad se fue y jamás me han vuelto a hospitalizar en mi vida, nada ni huesos rotos, nada, pequeños sustos de un golpe en la entreceja o andar jugando con viudas negras, pero todo demostró ser falsas alarmas, se puede decir que he gozado de una increíble buena salud desde entonces… pero no es así.
Como muchas personas en Hermosillo, al final del verano, con los cambios bruscos de clima se nos viene lo que denominamos alergia (en mi caso específico, renitis alérgica), esta ha sido mi maldición, he contado con una excelente salud pero en esta época parezco la persona más enferma, la alergia se manifiesta con una increíble cantidad de mucosidad blanca, casi casi agua, que llena mis fosas nasales, por lo cual no puedo respirar y mi voz se vuelve gangoza, durante esa época no puedo hacer ningún deporte, en su peor etapa ni dormir puedo, prácticamente me vuelvo un lisiado. La cosa se pone peor cuando tomo medicamento, ya puedo respirar sin embargo tal pareciera que ando drogado, ando adormilado todo el día, platico lentamente, de repente me duele la cabeza, no me dan ganas de nada, mi garganta se reseca. Gracias a esta enfermedad durante la primaria, la secundaria y la prepa cargué con un trapito todos los días dado que los kleenex no me aguantaban el paso.
La alergia me hizo un niño enfermo hasta que llegaba el frío, hoy tengo alergía y estoy todo empastillado, ayer no pude dormir, ahora parezco despierto pero en el fondo estoy dormido… no es justo, después de todo soy una persona sana.
Dato adicional: Mi trapito era entretenimiento de chicos y grandes, una vez en la secundaria salí del salón porque de plano no respiraba y me dolía la cabeza, el prof. Mora me vió y me dijo, en tono sabio “si te duele la cabeza, alégrate, significa que tienes cabeza”… Esos eran mis maestros.
Como muchas personas en Hermosillo, al final del verano, con los cambios bruscos de clima se nos viene lo que denominamos alergia (en mi caso específico, renitis alérgica), esta ha sido mi maldición, he contado con una excelente salud pero en esta época parezco la persona más enferma, la alergia se manifiesta con una increíble cantidad de mucosidad blanca, casi casi agua, que llena mis fosas nasales, por lo cual no puedo respirar y mi voz se vuelve gangoza, durante esa época no puedo hacer ningún deporte, en su peor etapa ni dormir puedo, prácticamente me vuelvo un lisiado. La cosa se pone peor cuando tomo medicamento, ya puedo respirar sin embargo tal pareciera que ando drogado, ando adormilado todo el día, platico lentamente, de repente me duele la cabeza, no me dan ganas de nada, mi garganta se reseca. Gracias a esta enfermedad durante la primaria, la secundaria y la prepa cargué con un trapito todos los días dado que los kleenex no me aguantaban el paso.
La alergia me hizo un niño enfermo hasta que llegaba el frío, hoy tengo alergía y estoy todo empastillado, ayer no pude dormir, ahora parezco despierto pero en el fondo estoy dormido… no es justo, después de todo soy una persona sana.
Dato adicional: Mi trapito era entretenimiento de chicos y grandes, una vez en la secundaria salí del salón porque de plano no respiraba y me dolía la cabeza, el prof. Mora me vió y me dijo, en tono sabio “si te duele la cabeza, alégrate, significa que tienes cabeza”… Esos eran mis maestros.
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