Peralta fue un maestro que tuve en la secundaria, cuenta la leyenda que en aquel entonces tenía 120 años, otros dicen que convivió con los griegos y egipcios; como se podría suponer ante tales antecedentes enseñaba Historia y, a veces, civismo. Su apariencia física sería la de un Miguel Hidalgo asoleado, con camisa de cuadros y chamarra imbajable color azul marino (era verano y la chamarra seguía ahí), usaba lentes, pero no cualquiera, usaba unos modelo cinta scatch (durante los 2 años que nos dio clase siempre sus lentes tenían una pedazo de cinta, supongo que en el Muñoz no pagaban para comprar otros). Tenía expresiones famosas, pero la que trascendió el tiempo fue aquella con la que se refería a los alumnos como “pequeño”, y a las alumnas, con un acento peculiar, “pequeñas” (por algo durante el primer año le decíamos “el boiler”). Tenía un método bizarro para enseñar, en lugar de platicarnos anécdotas o leer tal cual el libro, nos ponía a dibujar figuras geométricas en el map...