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Pocas Palabras

Sólo quiero decir algo:
Que buena esta malena de Más Show.
Es todo, si, estaba viendo videorrola

Comentarios

Anónimo dijo…
llonatan

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en remolinos...

-pensamientos vagamente introspectivos de una noche de invierno, solo en casa- Cuando salí de la universidad me di cuenta que del todo la vida no es fácil para un graduado, es difícil cumplir con las expectativas que el mundo se formó de tí, y lo es aún más díficil si siempre fuiste el estudiante ideal, el hijo ideal, el amigo ideal (bueno hay algo en lo que hasta la fecha no soy ideal y eso es el papel del novio ideal, claro que los intentos ahi son mas bien pocos). Digo que no es fácil porque desde ese momento a la fecha mi vida es un tanto confusa, sin un rumbo fijo, de choques y caídas. Siempre se dijo de mi que era más maduro para mi edad, pero derrepente las cosas se voltearon y durante este tiempo he sido mucho más inmaduro que lo que mi edad sugiere (a veces bromeo, cuando me dicen que parezco que tengo 21 años fisicamente, les digo que me comporto como si tuviera 17). Han sido 4 años sin una meta fija, con un desequilibrio constante tanto profesional como sentimenta

Hasta la media noche

En casa de mi abuela siempre hemos pasado la Noche Buena. Ella siempre ha sido religiosa, por lo que había tradiciones que más bien eran reglas, una de ellas era   Nadie abre los regalos hasta la media noche, y sólo después de poner al niño Jesús en el nacimiento. Para unos niños inquietos y desesperados por tener regalos, lo anterior era muy difícil de sobrellevar y, por supuesto, no lo hacíamos. La curiosidad siempre se imponía. Aprovechando cualquier oportunidad nos escabullíamos para tomar un regalo y medio abrirlo. Tal vez no podríamos jugar con él, pero al menos ya teníamos una idea de lo que venía. Al llegar las doce yo ya sabía cuáles eran mis regalos, a excepción de uno, el que me daba mi padre. Ese siempre estaba escondido en algún lugar, nunca a la vista, sin oportunidad de abrirlo a deshoras. Gracias a esto, siempre había una sorpresa presente. Mi padre nunca me preguntaba qué era lo que yo quería, él trataba de escuchar mis pláticas y sacar conclusiones. Regu

Lucrando con el voto ajeno

Hace 3 años, estando en el DF, pasé entre 8 y 10 horas buscando un casilla especial en la cual votar, era uno de muchos ciudadanos convencidos de que cada voto contaba, participábamos en una jornada que cambiaría al país, al menos eso pensábamos, en parte tuvimos razón, en parte estábamos cegados, este domingo no creo que tenga la misma fuerza para pasar tal cantidad de horas buscando mi boleta. Tres años después el país sufre de una crisis de proporciones mayúsculas que ningún discurso puede minimizar, un gobierno rebasado por la violencia, rebasado en lo económico y rebasado por la ambición misma de quienes lo integran, un gobierno con una grave crisis de credibilidad en todos sus niveles, en cada uno de sus poderes e instituciones. Por un lado tenemos a los hipócritas, por el otro a los cínicos, ellos que se auto-refieren como “clase política”, ellos que hablan de la búsqueda de la igualdad y en el fondo buscan replicar las condiciones ventajosas de una casta gobernant